sábado, 12 de diciembre de 2009

Elephant at Richard Wagner's Grave

"No hay belleza sino en la lucha. Ninguna obra de arte sin carácter agresivo puede ser considerada una obra maestra. La poesía ha de ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse delante del hombre"

El traqueteo del firme adoquinado hizo que me despertara. A mi lado, la Victoria de Samotracia y una rotunda oscuridad. Ellos serían mis únicos compañeros, al menos durante el resto de mi existencia.

Los ruidos fueron paulatinamente amortiguados, y tan solo escuchaba el enternecedor son del motor, al que durante tantos años me aferré, y con el que guardaba una relación mucho mas íntima que con cualquier persona, animal u opiáceo.

Ella, mucho más misógina, esquiva y traicionera de lo que aparentaba, había estado casada con Filippo Tommaso Marinetti. Fruto de ese obsceno vínculo, y de los ulteriores contratiempos en forma de homicidio, nació el Manifiesto Futurista.

El movimiento cesó bruscamente, las puertas se abrieron ante mí, y por primera vez en años pude ver la luz del sol. El camino era largo, angosto y había en sus márgenes furtivos peligros y amenazas. La apertura comenzaba a cerrarse mientras mi cerebro, temeroso, solamente era capaz de recordar una y otra vez aquel siniestro cuarteto de cuerda, compuesto por algún atormentado recluso alcohólico que mi padre escuchaba con fruición.

El porvenir se exhibía con gesto destructor ante mis ojos, acompañado de una única evidencia: el elefante será vorazmente devorado, y acabará yaciendo junto a la tumba de Richard Wagner.

5 comentarios:

  1. Te estas haciendo viejo, cada vez se entiende más lo que escribes.

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  2. Obscenos vínculos. Engañifas en busca de un peneficio. Argucias y fingimiento. El nuevo año nos deparará más, nos depravará más.

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  3. Esto está más muerto que la carne de los terceros tiempos...

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